AÑAY: LA FORTALEZA ESCONDIDA DE LOS ANDES LIMEÑOS

Mi historia con el complejo turístico de Añay es muy interesante e increíble. Fue el primer complejo turístico que conocí en Huaral y, cuando logré visitarlo en plena pandemia, no sabía que se convertiría en un lugar fascinante de recorrer y conocer. Sin duda, Añay fue el punto de partida para el tema de campamento y senderismo, con el cual incursionaría en esta súper y divertida aventura.

Esta historia inicia, como siempre, con la idea de salir de nuestra zona de confort, de asumir que podíamos hacer más que solo estar sentados. Investigué y decidí conocerlo. Lo más increíble fue que se dio en plena pandemia, pero las ganas estaban. Me armé con mi clásica carpa de playa (¡grave error!) y animé a dos amigos para esta súper aventura. Tomamos nuestras carpas y nos aventuramos. Al ser de Huaral, llegar a Pallac, que es donde se ubica este complejo, fue relativamente fácil. Siempre gestiona el recojo al otro día. El recorrido diría, en promedio, dos horas y media hasta el pueblo. Si tienes suerte y el camino está bien, se puede llegar hasta la entrada al complejo; si no, tendrás que caminar desde el mismo pueblo. En nuestro caso, nos tocó esa aventura. Fuimos en el mes de enero, inocentes nosotros, y llegamos al mediodía. Como nadie nos conocía, no pudimos dar con un guía que nos orientara cómo seguir el recorrido, así que nos tocó la aventura solos, segundo gran error, ya que por casi dos horas nos perdimos por no tomar bien los atajos. En fin, parte de la experiencia.

Quisimos retornar, ya que inició una pequeña garúa, pero no nos rendimos. Decidimos tomar la ruta larga, que fue toda la carretera, hasta llegar hacia la entrada del complejo, donde una inmensa roca nos daba la bienvenida. Exacto, después de más de dos horas de caminata, recién llegamos al inicio de la verdadera caminata. Bueno, ya estábamos allí y nos tocó caminar en modo aventura. Caía la noche, el tiempo avanzaba y no podíamos llegar. Eran las 6 de la tarde, la noche caía y decidimos parar, ya que llegamos a un acantilado. Decidimos armar nuestras «poderosas» carpas de playa para pasar la noche y empezó nuestra tortura: la lluvia se hizo presente. Toda la noche temblamos de frío, pero con la convicción de llegar. Pasamos mucho frío, pero sobrevivimos, y esto nos quedará de experiencia para próximas rutas.

Luego de eso, analizamos el paisaje y sí, lo vimos: el complejo arqueológico estaba frente a nosotros, pero divididos por un enorme acantilado que, inocentes nosotros, quisimos bajar. Al ver que no podíamos y no sabíamos cómo llegar, ya que no vimos otro camino, decidimos regresar tristes, pues no había otra alternativa. En la sierra no se tiene señal de ningún operador; claro, por tramos agarraba. Por cosas del destino, dije: «Llamaré a la señora de la comunidad que me orientó más o menos cómo llegar». Vi mi celular y sí, sin señal. Dije: «Bueno, seguiremos«. Di dos pasos y ¡listo!, una línea de cobertura. Llamé y la señora me contestó. Le di las indicaciones más o menos de dónde estaba. La señora, como buena pobladora, se ubicó rápido y nos comentó que bajáramos lento, que veríamos un pequeño sendero al regresar, y así fue. Logramos encontrar ese sendero, no muy notorio, ya que, al no ser un complejo muy turístico, estaba algo descuidado. Dejamos nuestras mochilas mojadas y bajamos sin peso. Dijimos: «Es ahora o nunca«. Y sí, ruteros, después de una hora aproximadamente, llegamos a disfrutar del increíble complejo arqueológico de Añay: sus ventanales, sus construcciones en piedra y el misticismo que lo rodea. ¡Increíble aventura y, sobre todo, el complejo en su totalidad solo para nosotros!

Así terminamos esta aventura épica por las alturas de Huaral, con un complejo arqueológico poco turístico, pero increíblemente lindo: Añay.

Una travesía hacia el corazón del legado Atavillo

A tan solo unas horas de Lima, se esconde una joya arqueológica que pocos conocen: el Complejo Arqueológico de Añay. Ubicado en las alturas de la comunidad campesina de Pallac, en el distrito de Atavillos Bajo, provincia de Huaral, este sitio ancestral ofrece una experiencia única para los amantes de la historia, la naturaleza y la aventura.

🌄 Un Viaje al Pasado

Añay se alza imponente a 3,320 metros sobre el nivel del mar, en una de las faldas del cerro Mango, al borde de la quebrada Honda de Jicar. Sus construcciones de piedra, que parecen haberse detenido en el tiempo, nos hablan de una civilización que floreció en armonía con su entorno. Entre sus estructuras destaca un reloj solar o intiwatana, que aún señala las horas ante el ardiente sol, y una fortaleza con 15 portales que resalta por su alta calidad arquitectónica.

¿Cómo Llegar a Añay?

Desde Lima:

  1. Lima a Huaral: Toma un bus desde Lima hacia Huaral. El viaje dura aproximadamente 2 horas.

  2. Huaral a Pallac: Desde Huaral, dirígete al paradero de Caqui, cerca del Grifo Pinasco. Allí encontrarás autos que te llevarán a la comunidad de Pallac por s/ 25.00. 

  3. Contacta con el chofer: Desde Pallac, gestiona tu regreso con el chofer para no tener problemas. 

  4. Pallac a Añay: Una vez en Pallac, es recomendable contratar un guía local para emprender la caminata hacia Añay. El trayecto es de aproximadamente 8 kilómetros y puede tomar entre 2 a 5 horas, dependiendo del ritmo y las condiciones climáticas.

🥾 Recomendaciones para la Caminata

  • Calzado adecuado: Usa zapatos de trekking con buena tracción, ya que el terreno puede ser rocoso y resbaladizo, especialmente en época de lluvias.

  • Hidratación y alimentación: Lleva al menos un litro de agua por persona y snacks energéticos.

  • Protección solar: No olvides el bloqueador solar, sombrero y lentes con protección UV.

  • Ropa adecuada: Vístete en capas para adaptarte a los cambios de temperatura y lleva un impermeable por si llueve.

  • Respeto por el entorno: Evita pisar las estructuras arqueológicas y lleva contigo toda tu basura para preservar el lugar.